El incremento exponencial en la capacidad de almacenamiento de la energía constituye un salto tecnológico revolucionario que está transformando la economía mundial. Los grandes actores de la industria automotriz transitan ambiciosos programas de electromovilidad que son incentivados por diversas políticas públicas que procuran sistemas de transporte sustentables.
Y sin embargo, estas iniciativas encuentran un cuello de botella en la provisión de un compuesto particular necesario para sus baterías: el litio. Ahí entra la Argentina, el segundo país del mundo en reservas probadas de litio y el cuarto en capacidad de producción. Si miramos la relación bilateral con los Estados Unidos, encontramos que nuestro país es su primer proveedor.
Empresas como General Motors, Tesla, Ford y BMW –tiene su mayor planta a nivel global en Carolina del Sur– cuentan con el abastecimiento de litio argentino como insumo clave para su esquema de transición hacia vehículos eléctricos.
Argentina tiene la capacidad para escalar diez veces su producción, de las 37 mil toneladas anuales actuales a más de 350 mil toneladas en 2030, y así estar a la altura tanto de esta demanda extraordinaria como de las necesidades de la industria nacional.
Ahora bien, la reciente promulgación de la Ley para la Reducción de la Inflación, firmada por el presidente Joe Biden en agosto de este año, ha generado preocupación en las empresas automotrices y mineras, al igual que en el gobierno argentino y las autoridades de otros países proveedores de los Estados Unidos.
Esa ley, aún no reglamentada, dispuso incentivos para la producción de vehículos eléctricos y sus componentes. La norma prevé préstamos de hasta 7.500 dólares directos al consumidor para vehículos eléctricos nuevos y 4 mil dólares para vehículos eléctricos usados, pero con el requisito de que una parte de los minerales de las baterías debe, para poder calificar, haber sido extraída o procesada en Estados Unidos o en los países con los que Argentina tiene tratados de libre comercio.
Ello podría constituir un obstáculo para algunos de los objetivos planteados por ambos países, incluyendo la necesidad de garantizar las exportaciones de litio de Argentina, e incentivar inversiones para que nuestra industria pueda crecer en términos de valor agregado a lo largo de la cadena.
Ambos gobiernos han expresado este interés, plasmado en diversos eventos que nuestra embajada ha organizado en Washington DC, junto con el Departamento de Estado, el Departamento de Energía y el Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, para abordar la cuestión de los minerales críticos, en particular durante la visita de los gobernadores del Norte Grande argentino, en septiembre pasado, en una enriquecedora actividad con esas agencias y 41 grandes empresas.
Agregar valor. La Ley para la Reducción de la Inflación es una prioridad para nuestro país en esta etapa. Argentina es un socio estratégico en materia de electromovilidad y desea seguir contribuyendo a este proceso exportando carbonato de litio a Estados Unidos y otros productos con mayor nivel de procesamiento en la medida en que continuemos avanzando en el agregado de valor.
Hemos llevado este mensaje a los más altos interlocutores en Washington DC: lo hemos planteado en reuniones en la Casa Blanca, en el Departamento de Comercio, en el Departamento de Estado, en el Departamento de Energía, en el USTR, en el Consejo de Seguridad Nacional y en cada una de las interacciones que mantenemos con senadores y representantes de la Cámara baja.
Asimismo, nuestras autoridades, como los gobernadores del Norte Grande, el secretario de Desarrollo Productivo, la secretaria de Minería, entre otros, refuerzan este concepto cada vez que mantienen encuentros de trabajo con sus contrapartes de los Estados Unidos.
El equipo diplomático de nuestra Embajada en Washington, por su parte, transmite esta preocupación en las diversas presentaciones que realiza sobre oportunidades de inversiones en el sector minero ante agencias del Estado y empresas locales.
Le damos un estrecho seguimiento al proceso de reglamentación de esta ley a fin de que todos los actores involucrados del gobierno estadounidense conozcan la realidad del sector, la relevancia estratégica de la Argentina como proveedor y la necesidad imperiosa de las empresas de contar con dicho insumo para cumplir con los programas de transición que apuntan a un esquema sustentable.
La Argentina firmó con los Estados Unidos un acuerdo marco de comercio e inversiones en 2016, y los responsables de ambas partes se acaban de reunir en Buenos Aires para abordar el conjunto de la relación bilateral en la materia.
En esa oportunidad, tuvo lugar un exhaustivo foro de negocios que incluyó un panel denominado: Electromovilidad: cadenas de valor regionales a partir del litio. Este segmento contó con la participación de altos representantes de Y-TEC Litio, Inquinat SA y General Motors Argentina, entre otros, para abordar la cuestión de la transición hacia la electromovilidad. Es decir, el interés mutuo a nivel de gobierno y del sector privado no podría ser más alto.
Asimismo, Argentina ha brindado el mayor reconocimiento y relevancia a la iniciativa de Estados Unidos denominada Alianza de Seguridad en Minerales (Minerals Security Partnership), como oportunidad para dar un seguimiento estrecho a los avances en la materia y promover las inversiones en nuestro país entre todos los Estados que integran ese programa.
Nuestro país espera que toda la tarea realizada en el campo de los minerales estratégicos en la órbita bilateral pueda alcanzar su máximo potencial en beneficio mutuo. Queremos desarrollar nuestra industria, nuestra tecnología, avanzar en la cadena de valor y consolidarnos en nuestro lugar de socio estratégico del programa electromovilidad sustentable de Estados Unidos.
Publicado el 23/12/2022 por Jorge Argüello en Perfil