La crisis sistémica global que desató el crack financiero de 2008 dejó en evidencia el agotamiento del orden internacional que nos había regido durante más de medio siglo. Ese terremoto, a su vez, impactó con fuerza en los sistemas tradicionales de representación política de muchos países y, naturalmente, en sus antiguos liderazgos. 

Una década más tarde, ante el creciente descreimiento en las dirigencias políticas que permitieron y administraron la crisis y el escepticismo generalizado frente al futuro, pero también gracias al despertar de la esperanza en un cambio que lleva a un mundo distinto, el Siglo XXI está alumbrando una serie de nuevos liderazgos.

Muchas de estas nuevas figuras, que emergen tanto en países del Centro como de la Periferia, y en los cinco continentes, son básicamente reactivos: no se definen tanto por una plataforma de ideas, programa o promesas, como por lo que representan: la autenticidad de sus raíces, el puro rechazo a un estado de cosas o la reivindicación de valores olvidados.

El resultado en desarrollo es muy diverso: desde actores y comediantes puestos a gobernar en situaciones de gran incertidumbre, hasta jóvenes treintañeros que desafían a toda una generación de dirigentes, pasando por mujeres y madres, gays y lesbianas, que avanzan frenéticamente ocupando espacios de poder y reconocimiento antes impensados.

Esta serie de breves perfiles recorre esta nueva realidad global a través de sus nombres, de sus historias personales dando cuenta de la transformación que representan y de los cambios que pueden sobrevenir con ellos en el siglo que recién comienza.