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El euroescepticismo: Distintas caras y fines


En medio de una crisis sin igual para la UE como la que comenzó en 2008, y en un año de elecciones al Parlamento Europeo (PE) como 2014, los arrestos de euroescepticismo de diversas fuerzas políticas –algunas con responsabilidad de gobierno local y nacional– pueden tentarnos a caer en algu­nas simplificaciones. La primera, creer que hay una sola clase de euroescépticos. Y que todos marchan juntos contra Bru­selas por las mismas razones y detrás de un mismo objetivo.

Pero no. Los hay de extrema derecha, ultraliberales en economía y xenófobos, y los hay de izquierda, anticapitalistas y multiculturalistas. Son diversas las razones por las que su blanco común siempre es el poder central europeo en Bruse­las y su gestión de los problemas, y en un contexto de genera­lizado rechazo al proceso de globalización. Es justo reconocer también que algunos son solo un síntoma de la descomposi­ción de los sistemas políticos nacionales.

El euroescepticismo, queda dicho, tiene distintas caras, con distintas raíces, motivaciones y fines. El espectro abarca desde quienes quieren “destruir la UE, pero no Europa”, como sostiene el Frente Nacional francés, hasta los conservadores britá­nicos que rechazan esta UE de Maastricht pero reivindican el antiguo mercado común (single market). En los bordes, apare­cen minorías antieuropeístas de ultraderecha (el Partido de la Libertad holandés, la Liga Norte italiana, el Jobbik húngaro y o Amanecer Dorado griego). Y por izquierda, el Syriza griego, el Podemos español y el Movimiento Cinco Estrellas italiano, muy críticos pero no necesariamente antieuropeístas.

Según el caso, unos son parte y sustento de los sistemas democráticos tradicionales, otros quedan al borde o direc­tamente fuera del sistema. Las distintas banderas del euro-escepticismo agitan alternativamente: a) reclamos de “otra UE”, b) de “menos UE” o c) de un estridente “fuera la UE”. La característica del euroescepticismo, como se ve, es la fragmen­tación dictada por distintos intereses.

El discurso euroescéptico ofrece una gama amplísima y un ejemplo es el veterano parlamentario conservador William Cash. Este experimentado abogado constitucionalista y miembro del Parlamento inglés desde 1984, aboga por “otra UE”, y él mismo prefiere definir su posición: “no le llamaría euroescepticismo. En lo político es euro-realismo y en lo econó­mico, simplemente, euro-pragmatismo”.

(…)


Sin embargo, si hay un euroescepticismo que puede corroer la esencia del proyecto europeo no es tanto el que nace de la obstrucción de estas minorías, sino de la inacción de gran parte de sus 500 millones de ciudadanos. A la luz de los hechos recientes, lo que puede herir de verdad el antiguo sueño de los padres fundadores de la unión es la falta de compromiso de los ciudadanos, la ausencia de europeísmo entre los gobernados, la pasividad del “demos europeo”.

Esta variante de euroescepticismo por omisión también puede ser dimensionada: se certifica en las urnas y se llama abstención electoral. Y en las últimas elecciones al Parla­mento Europeo, el 25 de mayo de 2014, la participación en los 28 países confirmó la tendencia declinante verificada, de modo ininterrumpido, desde 1979: votó el 42.54% del padrón habilitado para hacerlo.

En los primeros comicios europeos, en 1979 y con 9 países miembros de la UE, la participación arrancó con un prome­tedor 62%. Pero en las seis elecciones siguientes la concu­rrencia a las urnas cayó sin cesar, en 1984 (59%) con 10 países miembros, en 1989 (58,4%) con 12, en 1994 (56,6%) con 12, en 1999 (49,5%) con 15 y en 2004 (45,5%) ya con 25 y en 2009 (43%) con 27 estados miembro.

A grosso modo, en 2014 la mitad del electorado europeo se ha vuelto a quedar en su casa, en lugar de participar de las elecciones más significativas al Europarlamento desde su creación, en medio de una crisis política, económica y social inédita, y que tuvo el atractivo extra de poder elegir indirectamente al presidente de la Comisión Europea (CE).

Diálogos sobre Europa. Jorge Argüello. Páginas 145- 146; 147-148


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