“Globalización: ¿hacia una nueva bipolaridad?”, por el Instituto Real Elcano
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- hace 21 horas
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En un contexto de creciente competencia geopolítica y cuestionamiento del orden mundial, el Índice Elcano de Presencia Global permite medir y comparar la evolución del proceso de globalización en términos de volumen, naturaleza y configuración geográfica.
Los resultados de la edición 2025 muestra un retroceso del 1,4% en la presencia global agregada de los 150 países analizados, debido principalmente a una contracción de la dimensión económica. Mientras tanto, la presencia militar aumenta y la dimensión blanda se recupera tímidamente tras la pandemia, pero pierde tracción y se recuperan los elementos más duros del proceso de globalización.
El ranking de presencia global mantiene a EEUU en primer lugar, seguido por China y Alemania. Destaca el ascenso de India, Rusia y Japón, en contraste con el retroceso de varias potencias europeas. No así de España, que registra en 2024 el mayor crecimiento entre los países de la Unión Europea (UE) y mantiene la 13ª posición.
La UE supera a EEUU, pero pierde desde hace años proyección hacia el exterior, con un comportamiento heterogéneo por países. China registra por primera vez una pérdida absoluta de presencia, mientras que EEUU la aumenta. Pero todavía estamos lejos de una nueva bipolaridad, pues la UE reivindica su protagonismo. Pese a las tensiones, la globalización continúa, aunque de forma diferente, más fragmentada y con dinámicas menos homogéneas que en décadas anteriores.
Conclusiones
El año 2025 supone ya un punto de inflexión en el proceso de globalización, tras la manifiesta voluntad de EEUU de transformar el orden mundial existente. Por ello, los datos de la última edición del Índice Elcano de Presencia Global, con resultados desde 1990 a 2024, conforman una de las últimas imágenes de la globalización hasta ahora conocida.
Desde 1990, la globalización transitó por un periodo de desmilitarización tras la Guerra Fría, seguido de un fuerte crecimiento de la dimensión económica, interrumpido por la Gran Recesión de 2010. Desde entonces, la dimensión blanda había tomado el liderazgo, pero la pandemia y el contexto bélico actual han recuperado los elementos más duros de la globalización. En el último año, se reduce el valor agregado de presencia global, impulsada por la desaceleración del comercio mundial, mientras crece la dimensión militar y se recupera levemente la blanda.
EEUU ha liderado, y continúa liderando, el proceso de globalización. Si bien es cierto que China es el país cuya presencia ha crecido más en los últimos años, la distancia entre ambas potencias es todavía considerable. El mantenimiento del ascenso de países asiáticos y de la caída de europeos hace ganar posiciones en el ranking a la India y Japón, y también Rusia. Pierden posiciones el Reino Unido, Francia y los Países Bajos, mientras que Alemania mantiene la tercera posición aun perdiendo presencia en términos absolutos. En cambio, España es el país de la UE que más aumenta su presencia en 2024, manteniendo la 13ª posición.
Aunque la crisis de 2010 interrumpe la tendencia de desconcentración del periodo anterior, no podemos afirmar que nos encontremos en una bipolaridad equiparable a la de los años 90. Además, la UE se mantiene como actor global. Y es que su presencia global es superior a la de EEUU y China, aunque registra una tendencia de pérdida de proyección desde hace varios años. Pero la UE no actúa como un actor homogéneo –su proyección exterior se construye sobre la suma de las diferentes proyecciones nacionales de sus Estados miembros, a menudo con intereses diferentes o incluso divergentes–.
Existen diferencias notables en el modo en el que se proyectan al exterior los tres principales candidatos a modificar la hegemonía mundial. EEUU mantiene su liderazgo militar y también en varios indicadores de las otras dimensiones, a pesar su aparente renuncia a ejercer su poder blando. China capitanea las manufacturas, pero no así otros indicadores económicos ni los militares, y parece no seducir lo suficiente para poder incrementar su todavía baja presencia blanda. Y la UE, que guía los servicios y la inversión, así como diversos indicadores de la dimensión blanda, tiene en cambio dificultades para capitalizar en poder su elevada presencia.
El regreso de la cuestión geográfica invita a pensar en una globalización fracturada con tres espacios –EEUU, UE, China–, con lógicas propias en los que el resto de los países se articulan de manera desigual. Esto introduce un mayor grado de complejidad en el análisis de un proceso de globalización cada vez menos homogéneo. Es pronto para saber la magnitud de las transformaciones, pero parece evidente que el ritmo y la naturaleza del proceso de globalización han cambiado. Una globalización que recupera los elementos más duros y que parece fracturarse en términos geográficos, lo que no necesariamente implicará una menor, aunque sí una diferente, globalización a la hasta ahora conocida.
Publicado por Manuel Gracia Santos, Blanca González el 22 May 2025, en El Real Instituto del Cano. Texto original completo aquí