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LAS ELECCIONES EN AFGANISTÁN 2019



En estas elecciones del 29 de septiembre en Afganistán, las cuartas desde el final de la guerra civil, diez millones de afganos registrados elegirán presidente y algunos cargos locales.


Los comicios se convocan en medio de un escenario de alta inestabilidad política en el marco del proceso de paz. Sólo en agosto pasado, en promedio, fueron asesinados por día en el país 74 hombres, mujeres y niños.


¿Qué se vota?

Además del presidente para un periodo de cinco años, se renovarán algunos cargos locales.

Si ningún candidato alcanza en primera vuelta la mayoría de los votos, el sistema electoral contempla una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados.


Según la Constitución de 2004, los candidatos a presidente deben ser musulmanes y mayores de 40 años. No pueden ser extranjeros y tampoco tener condenas por crímenes de lesa humanidad.


¿Quién gobierna Afganistán actualmente?

El actual presidente, Ashraf Ghani (70), gobierna desde 2014 y busca la reelección. Ghani es parte de la élite educada de Afganistán y reúne experiencia en organismos internacionales y en el Estado afgano.


Alcanzó la presidencia en la segunda vuelta con el 56% de los votos. Su mandato tuvo impronta modernizadora y favoreció a los afganos pashtunes, la etnia mayoritaria del país, lo que incrementó las tensiones interétnicas en los últimos años.


El solo hecho de organizar unos comicios es todo un desafío en Afganistán: en las últimas elecciones legislativas en 2018, casi doscientas personas murieron o resultaron heridas en atentados. La concurrencia fue históricamente alta (45%), y las mujeres participaron más que nunca.


¿Qué fuerzas compiten?

Dos opciones concentran la intención de voto. Por un lado, el actual presidente Ghani, que vuelve a presentarse como candidato independiente y sostiene una agenda amplia que busca construir amplios apoyos políticos. En su campaña se ha presentado como un gran “Daulat-Saz” (estadista), alegando haber puesto fin a “la era del oro, la fuerza y la opresión” en Afganistán. Para acercarse a los sectores más religiosos, su próximo plan de gobierno se centra en el respeto por la ley y la justicia -con marcadas alusiones a Omar, segundo califa del Islam-.


Del otro lado está Abdullah Abdullah, actual jefe ejecutivo de Afganistán (una suerte de primer ministro, un cargo extra constitucional creado luego de que Abdullah quedara segundo en las elecciones de 2014). Abdullah se presenta por Coalición Nacional, que reúne facciones conservadoras de la política afgana. Al mismo tiempo que es más islamista que Ghani, sostiene una política más dura y militarista hacia el talibán.


Otra candidatura relevante es la de Gulbudin Hekmatiar (72), una figura protagónica de la guerra civil afgana (1992-2001) como “señor de la guerra”. En total las opciones presidenciales para estas elecciones son 18. En el proceso, varios han desistido de sus candidaturas o no han hecho siquiera un acto de campaña, por temor a ser blancos de atentados.


¿Cuál es el contexto socioeconómico?

Con una población de 35 millones de habitantes, los afganos están entre quienes tienen las peores condiciones de vida del mundo. Su débil crecimiento (el año pasado creció solo el 1%, el desempeño más bajo desde 2001) y pobreza estructural (55%) contrastan en todos los rankings de la región -sobre todo con sus vecinos del Asia Pacífico-.


En su recuperación económica reciente, la construcción y la agricultura (especialmente en uvas y nueces) fueron los pilares fundamentales. El territorio afgano sigue formando un eslabón importante dentro de los circuitos internacionales de opiáceos y del crimen organizado en general.


¿Qué es el talibán?

Surgido en 1994 producto de la militarización de la vida política en Afganistán frente a la resistencia a la ocupación soviética (1979-89), en la década del 90 se conformó como una alianza de facciones armadas dispuestas a transformar al país asiático en un emirato con fuerte ortodoxia islámica.


Los talibanes tomaron el control de la capital, Kabul, en 1996. Dos años después, llegaron a gobernar la mayor parte del país, estableciendo una forma radical del Islam que incluyó ejecuciones públicas.


¿Cómo evolucionó el régimen?

El talibán, que perpetró importantes atentados a escala global en varios continentes, fue declarado grupo terrorista por las Naciones Unidas en 1999. En Afganistán, en los territorios del sur y centro del país bajo su control, llevó adelante reformas políticas, económicas y sociales en línea con una interpretación extrema del Corán.


En los primeros años de la década del 2000 el talibán fue derrotado en la mayoría de los territorios por la Alianza del Norte, luego de haber sido debilitado por la intervención de las potencias extranjeras a partir de 2001. Desde entonces, controlan enclaves marginales (10% del país) pero se mantienen activos en todo el territorio afgano.


¿Cómo se viene desarrollando el proceso de paz?

Desde el gobierno anterior (Hamid Karzai) se han ofrecido distintas alternativas para desactivar definitivamente al talibán en Afganistán, entre las que se incluyeron el reconocimiento del grupo como partido político y la liberación de prisioneros. El año pasado el gobierno del presidente Ghani logró un inédito armisticio, algo encomiado por una abrumadora mayoría de la ciudadanía, que exige que el conflicto se resuelva por la vía política y no exclusivamente la militar.


La disminución de la capacidad de combate del talibán llevó a la retirada parcial de Estados Unidos a finales de 2014 (mantiene 14 mil efectivos). Sin embargo, la intervención arrojó un complejo legado de consolidación de la paz post-conflicto, y las fuertes luchas internas están todavía lejos de llegar a su fin. El control del gobierno es especialmente difuso en las zonas montañosas alejadas de la capital, Kabul.


En la recta final de esta campaña electoral, varios atentados en distintas partes del país han dejado un saldo de cientos de muertos. La UNAMA (Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán), que monitorea la situación política, económica y humanitaria del país desde 2002, informó que los ataques estuvieron dirigidos contra centros organizativos de los candidatos y actos de campaña, en un claro gesto de repudio al proceso electoral.


¿Cuál es la importancia de Afganistán?

Afganistán tiene una ubicación estratégica como paso entre Medio Oriente y China, entre el Asia central y el subcontinente indio. Distintas potencias a lo largo de los siglos libraron guerras en Afganistán sin éxito contra las poblaciones locales. Ante la imposibilidad de conquista, en los distintos juegos de poder entre imperios el territorio afgano terminó constituyendo siempre un “reino tapón” entre rivales.


Recientemente, Kabul volvió a quedar en el centro de las miradas globales al formar parte de la Nueva Ruta de la Seda. La arriesgada apuesta de China refuerza la necesidad de una paz duradera que ya venía siendo necesitada con las actividades extractivas de cobre y petróleo de Beijing en Afganistán en la última década.


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