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Jerusalen, en eterna disputa



La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel puede tener profundas repercusiones en toda la región.

El reconocimiento del control sobre la ciudad será bienvenido por Israel y saludado por una parte del electorado de Trump, pero también podría desencadenar violencia en la región, interrumpir las negociaciones del último plan de paz de Estados Unidos para la región y provocar la reacción de aliados clave en el mundo árabe y aun en Occidente.

A continuación, un repaso del conflicto que envuelve a Jerusalén:

¿QUÉ RECLAMAN ISRAEL Y PALESTINA?

Israel reclama a toda Jerusalén como su capital, mientras que los palestinos reivindican como propio el sector oriental de la ciudad, capturado por los israelíes en la Guerra de 1967, y la proyectan como la capital de un futuro Estado independiente.

¿CUÁL ES EL NUDO DEL CONFLICTO?

El conflicto se centra en la Ciudad Vieja, escenario de los lugares santos judíos, cristianos y musulmanes más importantes de Jerusalén, y en particular en un complejo de la colina venerado tanto por judíos como por musulmanes. El complejo, conocido por los judíos como el Monte del Templo, es el lugar donde se encontraban los templos bíblicos judíos hace miles de años y se considera el sitio más sagrado del judaísmo. Allí se asienta también la mezquita de Al Aqsa, el tercer sitio más sagrado en el Islam y la icónica Cúpula de la Roca.

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN HASTA HOY?

Israel controla la ciudad y su gobierno tiene sede allí, pero su anexión de Jerusalén oriental no es reconocida internacionalmente. La comunidad internacional dice, por abrumadora mayoría, que el estado final de Jerusalén debe resolverse mediante negociaciones.

¿POR QUÉ TRUMP HACE ESTO AHORA?

En campaña electoral, Trump adoptó una postura fuertemente pro israelí y prometió trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv, donde la mayoría de los países mantienen sus embajadas, a Jerusalén. Desde que asumió el cargo, advirtió sin embargo que era más fácil decirlo que hacerlo.

Según la ley estadounidense, el presidente debe firmar una exención cada seis meses para mantenerse en Tel Aviv. En junio, Trump renovó esa exención, como lo hicieron sus predecesores. Pero esta semana, se cumplió un nuevo plazo y evitó hacerlo.

¿CUÁL SERÁ EL SIGUIENTE PASO DE WASHINGTON?

La Casa Blanca hizo trascender a la prensa estadounidense que Trump firmará nuevamente la exención, pero que también instruirá al Departamento de Estado para comenzar un proceso de varios años para trasladar la embajada a la ciudad santa.

El argumento de Washington es que el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel será un reconocimiento de la "realidad histórica y actual" en lugar de una declaración política, aunque la embajada no se trasladará de inmediato.

¿QUÉ EFECTO PRÁCTICO TENDRÁ LA DECLARACIÓN?

En la práctica habrá pocos cambios. La oficina y la residencia oficial del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, están de hecho en Jerusalén, al igual que el Parlamento, la Corte Suprema y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Los líderes mundiales visitantes viajan siempre a Jerusalén para reunirse con funcionarios israelíes.

¿CÓMO FUNCIONA JERUSALÉN HOY?

Gran parte de Jerusalén es una ciudad abierta donde judíos y palestinos pueden moverse libremente, aunque una barrera construida por Israel hace más de una década atraviesa varios vecindarios árabes y requiere que decenas de miles de palestinos pasen por puestos de control abarrotados para llegar al centro de la ciudad.

La interacción entre las partes es mínima y existen grandes disparidades entre los barrios judíos más ricos y los empobrecidos palestinos. Además, la mayoría de los más de 300.000 palestinos de la ciudad carecen de ciudadanía israelí y, en cambio, son 'residentes'.

Pero una declaración de Estados Unidos conlleva un significado simbólico profundo al imponer esencialmente una solución para uno de los problemas centrales del conflicto israelí - palestino.

¿CÓMO SE RECIBIRÁ ESTO EN EL MUNDO?

Los palestinos advirtieron ya que cambiar el estado de Jerusalén determinará el final de esos esfuerzos de paz y que desatará protestas y hasta violencia. La Unión Europea, Alemania y Francia pidieron a Trump que evitara tomar la medida.

El Papa Francisco, máximo líder religioso de la cristiandad, pidió respetar el statu quo en Jerusalén y a dar muestras de "sensatez y prudencia". "Hago un llamamiento desesperado para que todos se comprometan a respetar el statu quo de la ciudad, en conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas", agregó.

La Organización de Cooperación Islámica de 57 miembros dijo que cambiar el estatus de Jerusalén equivaldría a una "agresión" contra el mundo árabe y musulmán, y la Liga Árabe que sería una "medida peligrosa que tendría repercusiones" en todo el Medio Oriente.

Arabia Saudita se pronunció enérgicamente contra el posible paso estadounidense. Los saudíes son un aliado clave de Estados Unidos necesario para cualquier intento de forjar una paz en toda la región.

¿QUÉ ANTECEDENTES PREOCUPAN?

Gran parte de la violencia entre Israel y los palestinos en Jerusalén y Cisjordania en los últimos 20 años se ha relacionado con tensiones en la ciudad santa.

La ciudad vivió graves disturbios en 1996, después de que Israel abrió un nuevo túnel en la Ciudad Vieja. El segundo levantamiento palestino estalló en 2000 después de que el entonces líder opositor Ariel Sharon visitara el Monte del Templo.

A finales de 2015, hubo una ola de apuñalamientos palestinos, en coincidencia con el creciente número de visitas de nacionalistas judíos al Monte del Templo, y en el último verano boreal hubo nuevos disturbios cuando Israel intentó instalar cámaras de seguridad junto a la mezquita de Al Aqsa después del asesinato de dos policías israelíes.


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