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LA APERTURA DEMOCRÁTICA EN TAILANDIA




El poder de Tailandia, la segunda economía del sudeste asiático, seguirá básicamente en manos de los militares que ejercieron la dictadura durante el último lustro, según un primer escrutinio parcial de la Comisión Electoral que le adjudicó un ajustado triunfo en las elecciones de finales de marzo al partido del régimen que enfrentó en las urnas a varias fuerzas políticas civiles opositoras.


Unos 51 millones de tailandeses (de sus 70 millones de habitantes) fueron convocados a votar a 500 diputados del Parlamento del estado monárquico tailandés, en unos comicios que el propio régimen militar había postergado muchas veces desde el golpe de mayo de 2014.


Los resultados definitivos se conocerán el 9 de mayo, porque los parciales corresponden a circunscripciones uninominales en las que se se disputaron 350 de un total de los 500 escaños, y faltan los 150 distribuidos por listas de partidos.


¿Quién ha gobernado hasta ahora?

Desde mayo de 2014, el reino de Tailandia ha estado bajo una dictadura militar, liderada por el general Prahut Chan-o-Cha, probable próximo primer ministro como cabeza de las listas al Parlamento por el nuevo partido oficialista Phalang Pracharath.


Tailandia es uno de los países con más golpes militares. En muchas ocasiones, este país asiático ha visto como gobiernos democráticos débiles sucumbían frente a una antigua coalición entre los militares, la realeza y el gran empresariado local.


¿Cómo se llega a esta apertura?

Desde 2001 y hasta 2014 una plataforma de centroizquierda había dominado la escena política. Las Fuerzas Armadas dieron entonces “el golpe que pondría fin a todos los golpes”. Tailandia es un país monárquico y la política tailandesa bajo la dictadura giró en torno a la sucesión real de 2016 como tema de suma importancia.


Otro asunto central fue la “limpieza” del sistema político que los militares pretendían concretar. En 2017 se aprobó la vigésima constitución tailandesa, en la que se dejaba la composición del Senado en manos de las mismísimas Fuerzas Armadas.


¿Quiénes fueron los candidatos?

Por un lado, el comandante en jefe del Real Ejército Tailandés, el general Prayut Chan-o-cha, que acudió a los comicios en la plataforma Phalang Pratcharath, al que el primer escrutinio le atribuyó unos 8,4 millones de votos.


Su principal rival fue Puea Thai, el partido cuyo gobierno fue derrocado en 2014, que propuso como principal candidata a una mujer, Sudarat Keyuraphan, que obtuvo 7,9 millones de sufragios.


Un tercer partido, Futuro Adelante, consiguió más de 5 millones de votos -principalmente de la juventud- para la candidatura principal de un joven multimillonario que expresa el descontento con las opciones políticas tradicionales.


Salió cuarta la lista que proponía la legalización total de la marihuana en Tailandia, superando incluso al partido político más antiguo de Tailandia, el Partido Demócrata, que quedó en un humillante quinto lugar.


¿Qué complicó los comicios?

La participación electoral alcanzó a sólo los dos tercios del padrón, mucho menos de los esperado por las encuestas. La jornada electoral estuvo plagada de denuncias de irregularidades en las boletas. Al día siguiente, se desencadenó una avalancha de versiones cruzadas acerca del proceso de formación del nuevo gobierno, pues los dos grandes competidores se proclamaron ganadores.


¿Qué escenario se proyecta ahora?

Los resultados definitivos de la Comisión Electoral se anunciarán a comienzos de mayo. Por ahora, el partido pro militar Phalang Pratcharath ganó la mayor cantidad de votos en las elecciones, pero sin mayoría absoluta para formar gobierno: a pesar de sus 250 votos del Senado, en la Cámara Baja obtuvo 97 de los 126 necesarios.


Los demás partidos anunciaron una coalición, con la candidata Keyuraphan y el magnate Jungrungruangkit a la cabeza. Su situación es similar: han obtenido muchos más escaños en la Cámara Baja, pero no llegan a la mayoría absoluta.


¿En qué contexto se votó?

La segunda economía del sudeste asiático, con un PIB de 455 mil millones de dólares (una cuarta parte de Brasil), atraviesa una ralentización de su marcha, perjudicada también por la guerra comercial global. Esto es especialmente preocupante para un país que envejece mucho más rápido de lo que se enriquece, lo que pondría en riesgo las cuentas nacionales en el mediano plazo.


El nuevo rey de la dinastía Chakri, el sexagenario Rama X, afianzó la sucesión real y participa actívamente de la política nacional. Con nuevas leyes de control de Internet y estrictas políticas de intimidación en contra de todo tipo de “delito de lesa majestad”, la libertad de prensa y expresión encuentran serios obstáculos.


Además, los opositores exiliados y disidentes todavía en Tailandia han denunciado una sistemática violación de los derechos humanos, incluyendo desapariciones forzosas y ejecuciones extrajudiciales.


¿Qué importancia estratégica tiene Tailandia?

Tailandia es un aliado estratégico para los Estados Unidos en la región y un eslabón fundamental dentro de la Nueva Ruta de la Seda (Belt and Road) que impulsa China. Por diversas razones, ambas potencias están muy interesadas en una situación estable en Tailandia.

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