PAĆSES BAJOS, UN CRUCIGRAMA ELECTORAL
- Embajada Abierta
- 12 mar 2021
- 6 Min. de lectura
Los neerlandeses volverĆ”n a las urnas este 17 de marzo, en unas elecciones que pondrĆ”n en juego el prolongado liderazgo polĆtico que mantiene el primer ministro liberal Mark Rutte desde 2010, pero que reabre tambiĆ©n un juego de coaliciones en el que la extrema derecha vuelve a ser determinante.

Unos 13 millones de neerlandeses podrĆ”n votar este 17 de marzo para renovar el Parlamento del que surgirĆ” el nuevo gobierno de PaĆses Bajos, tras la caĆda del anterior por un escĆ”ndalo con ayudas a la infancia, aunque el actual primer ministro, Mark Rutte (54), sigue siendo favorito para extender el liderazgo que inició en 2010.
A los comicios se presentan 37 partidos que se disputarĆ”n las 150 bancas del Parlamento, un rĆ©cord de posguerra (en 1922 llegó a haber 52 fuerzas) aunque tĆpico del escenario polĆtico fragmentado y volĆ”til de PaĆses Bajos, que ha resultado históricamente en gobiernos de coalición.
El sistema electoral proporcional (DāHondt) y de circunscripción Ćŗnica, que otorga un escaƱo por cada 0,7% de votos, ha impedido gobiernos de mayorĆa absoluta en manos de un solo partido, pero enriquecido ideológicamente el Parlamento.
Las Ćŗltimas encuestas mantienen como favorito al Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), del liberal conservador Rutte (hasta 40 de los 150 escaƱos). DetrĆ”s aparecen el ultraderechista, euroescĆ©ptico y xenófobo Partido de la Libertad (PVD) de Geert Wilders (19 bancas); el centroderechista Llamamiento Cristiano (CDA) con 18 y el āsocial-liberalā D66 con 14. En un segundo lote, de izquierda, estĆ”n los Laboristas (13 bancas), los Verdes (12) y los Socialistas (10). El resto del arco luce totalmente disperso y variopinto, como en las Ćŗltimas tres dĆ©cadas.
Los neerlandeses votarĆ”n en un contexto de pandemia de COVID-19 que tendrĆ” su impacto electoral. Con 1,1 millón de contagios, 15.600 muertes en un aƱo y en plena āsegunda olaā, la imposición de un toque de queda nocturno (de las 21 a las 4.30) hizo estallar en enero violentas protestas en todo el paĆs.
Un grupo negacionista, Virus Truth, acudió a la justicia y un magistrado suspendió la restricción, pero un tribunal de apelación dio la razón al gobierno de Rutte y confirmó la medida, que rige hasta el domingo previo a los comicios, de 21 a 4.30.
COYUNTURA Y AGENDA

El voto de los neerlandeses dictaminarÔ sobre asuntos de coyuntura, como el escÔndalo que provocó la disolución del tercer gobierno de Rutte (2010, 2012 y 2017), pero también sobre un giro en las prioridades de la agenda social y económica, en estos nuevos tiempos de crisis y pandemia.
Desde la óptica latinoamericana, la situación general de PaĆses Bajos y el nivel de vida de sus habitantes son envidiables. Su PIB per cĆ”pita fue de 45.690 euros en 2020 (13° del mundo). Por volumen de PIB, la economĆa neerlandesa es la 17°, con una deuda pĆŗblica relativamente baja (48,7%).
Pero lo que forzó la caĆda del gobierno de Rutte fue un escĆ”ndalo con la administración de ayudas a la infancia (2017-2020) que perjudicó a 35 mil familias con 80 mil niƱos y la mayorĆa inmigrantes, denunciadas por un fraude inexistente y obligadas a devolver una deuda tributaria mal calculada por el propio Estado
El gobierno reconoció el grave error y ordenó la reposición de los fondos a las familias, unos 30 mil euros a cada una, lo cual se reflejó positivamente en las encuestas electorales y renovó las posibilidades del pragmÔtico Rutte, de por sà bien valorado en general por su gestión de la pandemia.
Ampliando el foco, en las preocupaciones de los neerlandeses siguen presentes problemas de fondo, desde la escasez de tierra para vivienda hasta la integración de los inmigrantes, pasando por la educación, a los que el espectro polĆtico les da las mĆ”s variadas respuestas, incluso extremas, de izquierda a derecha.
La crisis que acarreó la pandemia incorporó otros asuntos en esa lista: el salario mĆnimo, la precariedad laboral (uno de cada cinco empleados tiene un contrato temporal, el doble que la media de la OCDE), la protección social, la financiación universitaria (desde 2015 con un sistema de crĆ©ditos a devolver hasta los 35 aƱos).
Es que, en un paĆs caracterizado por el sentido prĆ”ctico para alcanzar bienestar sin grandes desigualdades, la experiencia de la pandemia influyó en la opinión del electorado, mĆ”s preocupado hoy por la economĆa y la situación social y sanitaria que por la inmigración, que en 2017 fue el tema de debate por excelencia.
De ahĆ que el programa electoral del VVD de Rutte, un liberal que en la Unión Europea (UE) lideró a los āfrugalesā para limitar ayuda financiera a los paĆses del sur del bloque, diga hoy: āEn lugar de reducir el rol del Gobierno, en los próximos aƱos necesitamos un Gobierno activo y fuerte para que nos proteja y mantenga a nuestra economĆa y a nuestra sociedad igualitaria y saludableā.
Puzzle de coaliciones

Rutte (foto) puede convertirse en el lĆder con mĆ”s aƱos en el poder en toda la historia democrĆ”tica de los PaĆses Bajos, si forma gobierno en una cuarta legislatura consecutiva (el rĆ©cord lo mantiene el democristiano Ruud Lubbers, entre 1982 y 1994. Desde la posguerra, el paĆs sólo fue administrado por coaliciones).
Eso dependerĆ” de dos cosas: la revalidación de su liderazgo y su reconocida capacidad para formar coaliciones lo suficientemente estables y atendiendo al clima polĆtico imperante, antes que a su propia impronta ideológica. Tiene una ventaja tĆ©cnica adicional: en la boleta Ćŗnica aparecen los candidatos de los 37 partidos, pero los que ya tienen representación parlamentaria (14) figuran adelante.
En el Ćŗltimo gobierno, el VVD de Rutte formó coalición con otros tres partidos minoritarios: la CDA y Unión Cristiana, y el āsocio-liberalā D66, lo que dejó afuera, y creciendo, a los ultraderechistas del PVV de Wilders (57), que irrumpió en 2006 con un discurso xenófobo que rompió con la tradición tolerante de PaĆses Bajos.
Sin embargo, desde la elección de 2017 esos tres aliados se han debilitado por su gestión en la coalición. En cambio, desde la oposición, el PVV se ha consolidado y amplió una agenda que hace cuatro aƱos tenĆa a la inmigración como Ćŗnico eje (de hecho, su programa electoral de entonces cabĆa en un solo folio).
Para Rutte, aliarse con el PVV de Wilders no serĆa una rareza: ya lo hizo para llegar al poder en 2010, en una alianza de tres con el CDA, que duró hasta 2012. En estos 11 aƱos de ejercicio del poder, el carismĆ”tico primer ministro se ha ganado el mote de camaleónico, a lo que replica: āSólo quiero un paĆs cómodo, libre y seguroā.
AsĆ, en 2012, en plena crisis del euro, el premier se movió sin problemas hacia la izquierda e hizo una āgran coaliciónā con el socialdemócrata Partido Laborista (PVDA). Cuatro aƱos despuĆ©s, el laborismo cayó del 24% al 5%. Entonces, para sobrevivir, Rutte volvió a recostarse en las demĆ”s fuerzas de derecha, y ganó.
En ese 2017, con solo una dĆ©cada de existencia, el nacionalismo extremo de Wilders llevó al PVV a su mejor performance electoral, se estableció como nĆtida segunda fuerza del paĆs (luego de liderar por dos aƱos las encuestas) y dejó atrĆ”s su condición de āpartido de nichoā. Wilders, quien coordina abiertamente con otros lĆderes de extrema derecha como el italiano Matteo Salvini y la francesa Marine Le Pen, llamó entonces a consolidar una āprimavera patrióticaā desde la oposición.
Hoy, le disputa la primera minorĆa al VVV, con una oferta electoral que mantiene su raĆz nacionalista y xenófoba, pero logra atraer a algunos conservadores moderados y a parte de la clase trabajadora afectada por la crisis económica, con nuevas propuestas sobre salario mĆnimo, cambio climĆ”tico y asistencia a mayores.
El panorama se completa con una decena de pequeƱas fuerzas con posibilidades ciertas de llegar al Parlamento, signo de los nuevos tiempos. El VVV de Rutte es el Ćŗnico sobreviviente del trĆpode que gobernó PaĆses Bajos en las primeras cuatro dĆ©cadas de posguerra (en 1982, con el CDA y el PVDA reunĆan 83% de votos).
La minorĆa ascendente mĆ”s reciente fue el Foro para la Democracia (FVD), creado por otro xenófobo Thierry Baudet (36). En las regionales de 2019, el FVD fue el mĆ”s votado en 6 de las 12 regiones, que deciden la conformación del Senado, ahora derechizado. Acosado por la repercusión de mensajes racistas entre sus militantes, Baudet renunció en 2020. El FVD colapsó y ya le nació una escisión, el JA 21.
Por izquierda, mantienen posibilidades ciertas de lograr varias bancas en el Parlamento tanto los Verdes (GL) como el Partido Socialista (PS). Destaca el joven lĆder de GL, Jesse Klaver (34), quien impulsa una āHolanda idealā progresista, verde y con fuerte agenda de gĆ©nero y LGBT+.
En la lista de singularidades polĆticas neerlandesas se incluyen Volt PaĆses Bajos, un partido juvenil europeĆsta; Nida, de inspiración islĆ”mica; PaĆses Bajos Libre y Social, un grupo negacionista y antivacunas; el 50 PLUS, de jubilados; el DENK, de la minorĆa turca; y el Reformado, calvinista.
Publicado el 12/03/2021