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“África es el futuro del multilateralismo”, por Mark Malloch-Brown

"No parece que tengamos valores compartidos en los que podamos estar de acuerdo, ni objetivos compartidos a los que todos aspiremos”. Fue la acertada observación que hizo el presidente de Ghana, Nana Akufo‑Addo, durante su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas de la semana pasada. En un contexto de crisis entrecruzadas que se agravan, el orden internacional se muestra cada vez más fracturado, y cunde la incertidumbre sobre el papel mismo de la ONU. ¿Dónde hallaremos el ímpetu y el rumbo necesarios para restaurar el multilateralismo?



Para responder esa pregunta se necesita comprender más a fondo las actitudes, inquietudes y esperanzas de personas de todo el mundo. Con este objetivo, Open Society Foundations, la organización filantrópica que dirijo, realizó hace poco uno de los estudios de opinión pública internacional más grandes de la historia. Nuestro Barómetro de la Sociedad Abierta encuestó a más de 36 000 personas muy diversas procedentes de treinta países que representan alrededor de dos tercios de la población mundial.


Las respuestas echan algo de luz sobre valores y objetivos unificadores que en el sistema de gobernanza global actual brillan por su ausencia. Muestran que los habitantes de todo el mundo todavía tienen fe en la democracia; pero que en una era de crisis y desigualdad, también quieren que produzca mejoras tangibles en sus vidas.


Los resultados en África fueron particularmente sorprendentes. Ocho de los treinta países encuestados (Egipto, Etiopía, Ghana, Kenia, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Túnez) están en el continente. Por supuesto, las respuestas a algunas preguntas mostraron una variación significativa, reflejo de diferencias en las circunstancias históricas y políticas. Por ejemplo, el 63% de los egipcios considera que los gobiernos militares son una opción adecuada, contra el 40% de los etíopes y solamente el 20% de los senegaleses. Pero al mismo tiempo, la proporción de egipcios que anhelan democracia es incluso mayor; es evidente que no están seguros de que la breve experiencia que tuvieron de ella pueda considerarse un éxito.


La mayoría de los encuestados en los treinta países manifestó sentimientos de inseguridad e injusticia, pero esto se observó de manera más notable en África. Los encuestados africanos también estuvieron entre los más preocupados por el impacto negativo del cambio climático sobre sus vidas y medios de sustento. En Kenia y Etiopía, por ejemplo, expresó tales inquietudes el 83% de los encuestados.


De los cinco países en los que según nuestro estudio hay más temor a que la agitación política lleve a la violencia durante el próximo año, cuatro están en África: Kenia, Sudáfrica, Nigeria y Senegal. Los encuestados africanos también fueron los más inclinados a decir que la desigualdad entre países se agravó respecto de 2022. Esta idea se manifestó con más fuerza en Etiopía, Kenia y Senegal, pero los ocho países africanos terminaron en la mitad superior de la lista en relación con este tema.


En tanto, en casi todos los países hubo una mayoría con opiniones coincidentes en relación con la necesidad de cambios globales; pero en general, esa mayoría fue más grande en África. Por ejemplo, los encuestados africanos, con los de Nigeria y Kenia a la cabeza, se mostraron más inclinados a decir que «los derechos humanos reflejan valores en los que creo» y que «herramientas como la prohibición de viajar y el congelamiento de cuentas bancarias son modos útiles de llevar a la justicia a los violadores de los derechos humanos».


Los africanos, más que en otros continentes, coincidieron en que los países tienen que abrir rutas legales y más seguras para los refugiados. También se mostraron muy de acuerdo con la necesidad de introducir más equilibrio en las instituciones internacionales, y muchos pidieron que los países de bajos ingresos tengan más influencia en la toma global de decisiones. Siete de los diez grupos nacionales que más apoyaron la afirmación de que «los países de altos ingresos tienen que dar más dinero al Banco Mundial» pertenecen a África.


En conjunto, estos resultados hacen pensar que África es como el resto del mundo, sólo que un poco más. Dado que el continente está en las primeras líneas de las «policrisis», los africanos experimentan sus presiones en forma más inmediata que la mayoría. Pero también son los más inclinados a apoyar las soluciones necesarias, por ejemplo reformar las estructuras de gobernanza global y la arquitectura financiera internacional, estabilizar la caótica interdependencia de la actualidad y hacer nuevas inversiones masivas en desarrollo sostenible.


En el nivel global, la encuesta señala que los ciudadanos comunes tienen expectativas en relación con el multilateralismo mucho más fuertes que las dirigencias políticas. Quieren soluciones internacionales eficaces a los problemas acuciantes de sus vidas, y esto vale sobre todo para África.


Para quienes buscamos ideas y adalides futuros para la reforma multilateral, es evidente que hay que trascender las opciones habituales (gobiernos occidentales que protegen a capa y espada sus poderes y privilegios) y en vez de eso beber de la fuente del sur global. Es allí donde radica el futuro.


Publicado el 02/10/2023 en Project Syndicate por Mark Malloch-Brown

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