La democracia cristiana alemana (CDU) vota al sucesor de Angela Merkel este 15 y 16 de enero. Tras cuatro mandatos al frente de la mayor economía de Europa, la “canciller de hierro” deja su cargo en diciembre. De cara a las elecciones generales de septiembre, en las internas partidarias destacan tres candidatos que oscilan entre la continuidad y el cambio, además de una potencial sorpresa de Baviera.
En 2021, Alemania tendrá el desafío de continuar la lucha contra el COVID-19, como el resto de Europa y el mundo. Pero un desafío aún mayor será conjugar el frente de salud pública con el de la política electoral.
Además de los 16 estados (Länder) que celebrarán elecciones este año, las miradas se concentran en torno a la interna partidaria de la democracia cristiana alemana (CDU), donde se dirimirá quién será el sucesor de la canciller Angela Merkel (66) de cara a las elecciones generales de septiembre.
Merkel (2005-2021) concluirá entonces su cuarto mandato como la mandataria más longeva de la Alemania contemporánea junto con Helmut Kohl (1982-1998), su padrino político. A finales de 2018, Merkel tomó la decisión de renunciar como jefa de la CDU y habilitar “la apertura de un nuevo capítulo” dentro de su plataforma -y del país-.
LA ERA MERKEL
En su largo recorrido, Mutti (“mamá”, su apodo entre los alemanes) cementó un liderazgo propio tanto en Alemania como en Europa. Fue escogida por la revista TIME como la personalidad del año en el 2015 y lidera el ranking femenino de Forbes desde 2005.
Merkel llegó a la cancillería luego de una ajustada victoria en la peor elección en la historia de su partido, mientras la Unión Europea (UE) implementaba su expansión hacia el Este con la incorporación de diez nuevos miembros. Era la primera vez que una mujer llegaba al cargo de canciller, la más joven al momento de asumir, con la particularidad adicional de provenir de la ex Alemania del Este.
Con el cambio de década, la crisis de la eurozona ponía a prueba a la locomotora económico-financiera de la UE y a la propia Merkel en su rol de administradora política de las negociaciones con los países más alicaídos. La posterior crisis migratoria desde 2014 colocó a Merkel como la máxima representante de quienes confiaban en una política de puertas abiertas (Alemania albergaba 1,8 millones de refugiados en 2020).
En los últimos años, Merkel también intervino decisivamente en el proceso del Brexit (2016-2021), el Plan de Recuperación para Europa (2020) y la pandemia del COVID-19. Con un contexto geopolítico inestable y la radicalización de la política doméstica, Merkel entrega a su sucesor la tarea de asegurar la continuidad en el poder y mantener el perfil destacado de Alemania en las relaciones internacionales.
Mientras que en circunstancias normales un canciller en su último año de mandato suele apagarse, Merkel hace sentir su plena presencia tanto en lo local como lo global. Para los alemanes, dadas las circunstancias excepcionales, las próximas elecciones generales en el otoño boreal se sienten muy lejos.
LOS POSIBLES SUCESORES
En 2018, luego de unas elecciones para su cuarto mandato (2017) donde su partido perdió la mayoría propia en el parlamento, Merkel anunció que dejaba de estar a la cabeza de la CDU. En aquel momento, escogió a Annegret Kramp Karrenbauer (58), exgobernadora y actual ministra de Defensa, como sucesora.
A pesar de su triunfo en las internas, A.K.K. rápidamente dio una serie de pasos en falso en el ámbito político y anunció que renunciaría a su puesto en un nuevo congreso del partido. Las internas debían tener lugar en 2020 pero se aplazaron al 15 y 16 de enero de 2021 por la pandemia.
En este marco, hay tres grandes candidatos para ser los sucesores, todos ellos hombres. Dos de ellos (Merz y Roettgen) fueron relegados políticamente por la propia Merkel años atrás, mientras que Laschet es más afín a la agenda de la canciller saliente. A ellos se les suma la figura de Markus Söder, gobernador de Baviera y jefe de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), aliada de la democracia cristiana de Merkel.
Friedrich Merz (65) es el más conservador de los tres y representa a aquellos dentro del partido que acusan a Merkel de haber empujado a la CDU demasiado hacia la izquierda del espectro político. Polémico por sus comentarios restrictivos acerca de la inmigración (Leitkultur), se retiró de la política legislativa poco después de su intento fallido de reformar el sistema fiscal en 2004.
Tuvo una meteórica carrera en el sector privado (en Bosch, Ernst&Young y BlackRock, entre otros) pero volvió a la carrera partidaria frente al anuncio de nuevas internas. Dentro de su discurso que reivindica los valores occidentales y la ética cristiana (a pesar de estar a favor del matrimonio homosexual), es marcadamente europeísta y pro-OTAN.
Sus partidarios afirman que podría reabsorber a los votantes que han abandonado la CDU por la plataforma de extrema derecha Alternativa Para Alemania (AfD). Del otro lado, sus detractores afirman que bajo su liderazgo sería más difícil comprometerse con posibles nuevos socios de coalición, como los Verdes, que se proyectan como el segundo partido en las encuestas para las generales de septiembre.
Con todo, la victoria de Merz anunciaría un corrimiento hacia la derecha para la principal fuerza política de la mayor economía de Europa. A pesar de sus apoyos dentro de los establishments económicos norteamericano y europeo, los resquemores que Merz mantiene con los altos cargos de su propio partido podrían resultarle contraproducentes.
Armin Laschet (59) encarna la continuidad dentro de la CDU y cuenta con el visto bueno de Angela Merkel. Periodista, a lo largo de su carrera política pasó por distintos ministerios estatales y fue parlamentario y eurodiputado.
Gobierna desde 2017 el estado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado y que concentra el 22% del PBI alemán. La primera ola de coronavirus golpeó su territorio con especial dureza.
Laschet se ha mostrado más abierto a acuerdos con la socialdemocracia (SD), los liberales (FDP) y los Verdes. La ciudadanía alemana lo conoce por sus visitas a los campamentos de refugiados sirios en Jordania en 2015.
Visitó al presidente francés Emmanuel Macron tres veces solo en 2020.
Norbert Röttgen (55) fue Ministro Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear bajo el anterior gobierno de Merkel, pero se vio relegado de la política partidaria en 2012. Fue el primero en anunciar su candidatura a la sucesión luego de la renuncia de Kramp Karrenbauer.
Desde entonces, se ha centrado principalmente en la política exterior y sigue siendo una figura fundamental en el comité de relaciones exteriores del Bundestag. En los últimos tiempos adquirió mayor presencia pública por llevar la voz cantante del ala de la CDU que busca una actitud más dura de Alemania (y la UE) para con la Rusia de Vladimir Putin. De hecho, Röttgen criticó a Merkel por su tibieza frente al caso de envenenamiento del opositor ruso Alexei Navalny.
Si bien su apoyo dentro del partido no parece ser lo suficientemente fuerte, sus excelentes vínculos con los Verdes (por su experiencia política y por haber formado parte de la mesa de enlace entre la CDU y los ecologistas Pizza Connection hace 20 años) lo ubican en un lugar muy atractivo a la hora de la formación de una coalición. Además cuenta con muy buena intención de voto entre los ciudadanos alemanes de tercera edad.
Finalmente, el potencial cisne negro es el actual gobernador de Baviera, Markus Söder. El jefe del partido hermano bávaro de la CDU, CSU, está en la cima de las encuestas individuales, en gran parte gracias a cómo está lidiando con la emergencia del coronavirus.
A pesar de no participar de la interna de enero, en la historia de Alemania los líderes de la CSU se convirtieron dos veces en candidatos de la boleta conjunta CDU/CSU para la Cancillería Federal. Si bien Söder cuenta con un poder territorial propio, necesitaría del alcance federal de la CDU para gobernar.
Publicado el 13/01/2021.