Los españoles votarán el próximo 10 de noviembre en los decimocuartos comicios generales desde la democratización del país (1977-78), en un contexto de inédita fragmentación de las fuerzas políticas de izquierda (en el poder) y de derecha, y caracterizado además por el ascenso en las preferencias electorales de sectores ultraderechistas.
El actual presidente de gobierno, el socialista Pedro Sánchez (PSOE), quien llegó al poder en junio de 2018 por una moción de censura que desplazó al conservador Mariano Rajoy (Partido Popular) y refrendó su posición como primera fuerza en las elecciones de abril de 2019, busca legitimarse en las urnas. Todos los sondeos indican que solo podrá gobernar en coalición.
Estas elecciones, como las de abril pasado, tienen como marca la presencia de partidos no tradicionales. A los ya instalados Ciudadanos (derecha liberal) y Unidas Podemos (izquierda), se sumó la alternativa Vox, de extrema derecha, y Más País (izquierda). Y todo ello en medio de una arremetida política de independentistas catalanes y vascos.
¿Qué caracterizó la historia reciente?
En 1978 los españoles concluyeron su transición hacia la democracia al cabo de 40 años de la dictadura del general Francisco Franco. Desde entonces, hubo siete mandatarios constitucionales, todos del Partido Popular (PP, derecha conservadora) y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE, socialdemocracia).
En las últimas décadas, España se ha desarrollado formidablemente gracias a su ingreso a la Unión Europea, hace más de 30 años. Los españoles se encuentran entre los ciudadanos de la UE que más han internalizado la identidad europea. Sin embargo, hace años se han movilizado sectores independentistas -principalmente en Cataluña- que cuestionan y desafían legalmente el régimen constitucional de autonomías creado en 1978.
¿Quién gobierna hasta ahora?
En junio de 2018, el socialista Pedro Sánchez fue investido como presidente. Su llegada al poder fue sin elecciones, pues formó gobierno luego de triunfar la moción de censura parlamentaria contra su predecesor Mariano Rajoy (2011-2018), involucrado con sobornos en el PP.
Sánchez, de 47 años, juró ante el rey Felipe VI sobre la Constitución de España, por primera vez sin símbolos religiosos. Como en febrero no pudo aprobar el presupuesto general estatal, resolvió disolver las Cortes y llamar a elecciones anticipadas en abril de este año.
En esas elecciones, el PSOE obtuvo el 28,7% de los votos y 123 diputados. Los socialistas ganaban 38 bancas mientras que el PP perdía 71 (66), la mitad que Sánchez. Sin embargo, el fracaso en formar una coalición de izquierdas con Unidas Podemos llevó a Sánchez a sostener un gobierno en minoría y convocar nuevamente a elecciones para noviembre.
¿Qué se vota en esta oportunidad?
Se elegirán 350 escaños del Congreso de los Diputados, la cámara baja, y 208 de los 266 miembros del Senado, la cámara alta. Como España tiene un sistema parlamentario, el presidente emerge de las Cortes con un nombramiento de sus pares legislativos. España es el único país de los más grandes de Europa que votan, salvo excepciones, cada cuatro años: Reino Unido, Francia, Italia y Alemania -a partir de 2021- votan cada cinco. En noviembre lo estarán haciendo por segunda vez en el año.
¿A quién propone el opositor PP?
Igual que en abril, el candidato del PP (que atraviesa un profundo proceso de reorganización partidaria luego de los escándalos de maniobras ilegales) es Pablo Casado Blanco, de 38 años. Representa una imagen renovada del PP, si bien se mantienen sus mensajes tradicionales.
¿Quiénes son los otros candidatos?
Por Ciudadanos compite nuevamente Albert Rivera (39), con una agenda liberal moderada y propuestas para la juventud. Se le reconoce como un gran orador desde sus épocas como parlamentario en Cataluña, habilidades que ha desplegado en los últimos debates televisivos para conseguir un repunte en la intención de voto.
Por Unidas Podemos también se reedita la candidatura de Pablo Iglesias (41) líder emergente de las marchas de “indignados” de la crisis de 2010, quien impulsa una agenda de izquierda estatista y feminista. Esta plataforma de izquierda se debilitó ahora por la escisión minoritaria que lidera Ignacio Errejón (Más País).
La derecha española más rancia, con reminiscencias franquistas, tiene como candidato a Santiago Abascal (43) por Vox, un partido con solo un lustro de vida. Con un discurso conservador y euroescéptico, revivió los fantasmas del pensamiento hispanista xenófobo que procura recuperar la “pureza” de España.
¿Cómo llegan los candidatos respecto de los resultados de abril?
En abril de 2019 hubo elecciones generales con una participación del 72%. Allí el PSOE se posicionó como la opción más votada. De acuerdo con las últimas encuestas, el PSOE podría repetir un resultado similar al anterior, o ligeramente menor (hasta 27%).
Por su parte, el PP todavía aparece como segunda fuerza. Mientras que en abril obtuvo casi el 17% de los votos, se estima que alcance cerca del 22% en estos comicios.
Por el contrario, este nuevo llamado a elecciones perjudicaría a Ciudadanos. Obtuvo el 16% de los votos en abril, casi en paridad con el PP, y se estima que bajará a menos del 10% en esta oportunidad.
La fragmentación del voto español seguirá consolidándose dentro del sistema de partidos, pues Unidas Podemos y Vox obtendrían nuevamente alrededor del 12% cada uno, y el Más País liderado por el ex podemita Errejón mordería un 4%.
De ser así, se afianzaría todavía el predominio de las dos principales opciones de izquierda y derecha, aunque formando coaliciones hasta tripartitas (incluyendo a pequeños partidos tradicionales separatistas/autonomistas catalanes, vascos, gallegos y canarios) y, por segunda vez, habría voces abiertamente euroescépticas en las Cortes.
¿Cuál fue el contexto económico de la última crisis?
En 2008, concatenado con la crisis económica global con epicentro en Estados Unidos, en España estalló una “burbuja inmobiliaria”. La economía entró en cuatro años de profundo estancamiento que costaron el gobierno del socialista Rodríguez Zapatero y el inicio de la era Rajoy.
El gobierno del PP elevó los impuestos y nacionalizó parte del sector financiero, pero su programa de recuperación económica resultó parcial y lento. Todavía en 2017, el Banco Popular tuvo que ser expropiado y revendido al Santander por la Unión Europea constituyendo el primer caso donde la institución supranacional intervino un banco de un país miembro. A mediados de 2018, luego de haber bajado en 2015, el indicador de riesgo de España volvió a superar el umbral de los 100 puntos.
El desempleo (o “paro” en España) sigue siendo un gran problema. En su peor momento en 2012, el desempleo en España afectaba a uno de cada dos jóvenes. En 2018, a pesar de que luego de 10 años la tasa general bajó del 15%, según el Instituto Nacional de Estadística seguía en el 33,5%, entre tres y cuatro veces más alto que la media de la UE. Una economía todavía en recuperación y una juventud sin perspectivas laborales son fundamentales en estas elecciones.
¿Qué rol juega el independentismo catalán?
Una de las tensiones que reavivó la crisis económica fue la del independentismo en algunas de las 17 Comunidades Autónomas de “nacionalidades y regiones” reconocidas por la Constitución de 1978. La mayor ofensiva política y jurídica se vivió esta vez en Cataluña, gobernada históricamente por la centroderecha alternativamente aliada con socialistas y conservadores.
El proceso independentista catalán (el Procés) tuvo su primer momento de gran intensidad el 1 de octubre de 2017, con un referéndum de independencia (más de 90% votó sí pero sólo participó el 43% del padrón).
El gobierno central de Rajoy activó entonces el artículo 155 de la Constitución para intervenir Cataluña. Muchos líderes separatistas, entre ellos el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se exiliaron al ser procesados. En junio del 2018, tomó posesión la Generalitat un gobierno encabezado por Quim Torra, que puso fin a la intervención en Cataluña.
En abril pasado, Sánchez intentó sin éxito una “mediación” internacional entre España y Cataluña, criticada incluso por dirigentes socialistas como Felipe González.
Finalmente, en octubre de 2019 el Tribunal Supremo Español (TSE) condenó a los líderes del Procés a penas de entre 9 y 13 años de prisión, lo que desató nuevas protestas, algunas violentas, y mantiene bloqueado todo diálogo con Madrid.