FRANCIA HUYE AL FUTURO
- Embajada Abierta

- hace 21 horas
- 6 Min. de lectura
Actualizado: hace 35 minutos

Decidido a evitar las elecciones anticipadas que le demanda la mayoría del arco político, y a renunciar como De Gaulle en 1969, Macron hace un último intento por salvar la peor crisis de la V República (1958) con un gobierno en minoría que posterga las reformas económicas más resistidas hasta las presidenciales de 2027.
El primer ministro centrista Sebastien Lecornu, el quinto de Francia en tres años, consiguió un mínimo apoyo en la dividida Asamblea Nacional y dejó atrás otra grave crisis política que amenazaba la segunda presidencia de Emmanuel Macron, aunque al costo de postergar una reforma de fondo de la economía hasta 2027.
Lecornu, de 39 años, un confesó “soldado” de Macron repudiado por sus propios copartidarios Republicanos (derecha), tuvo que soportar antes un papelón cuando su primer gobierno por encargo presidencial se abortó a los 27 días. A la semana siguiente Macron insistió, y finalmente consiguió un mínimo aval del Parlamento.
El nuevo gobierno se forma con una opinión pública conmovida ya no sólo por el insólito robo al Museo del Louvre, sino por el ingreso en una prisión de París, para cumplir una condena efectiva de cinco años, del expresidente Nicolas Sarkozy (2007-2012), por financiar su campaña de 2007 con dinero ilegal de Libia.
La gestión de Lecornu, todavía sin presupuesto, tendrá que hacer frente una deuda pública del 113% del PIB de la segunda economía de la Unión Europea y a un déficit de casi el 6%, que Macron pensaba superar con un ajuste fiscal por 44 mil millones de euros que le devoró tres gobiernos y que ahora resignó.
También puede interesarte...
Francia atravesaba la segunda década del siglo ya en problemas, pero las protestas sociales lideradas por los “chalecos amarillos”, en un contexto de creciente desigualdad social, agravado por la pandemia y el fracaso de una reforma de pensiones que alivie las cuentas del Estado, puso contra la pared a Macron.
En 2022, el amenazante avance electoral de la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen le dio al presidente, y en segunda vuelta, otro mandato de cinco años. Pero en 2024 no tuvo otro remedio que llamar a unas elecciones que dejaron el Parlamento partido básicamente en tres: centroderecha, ultraderecha e izquierda.
Apenas confirmado, con el crucial respaldo del Partido Socialista (PSF), Lecornu suspendió la reforma de las pensiones (elevar la edad de jubilación, que hoy es de 62 años o menos), una postergación que costará 1.400 millones de euros y se financiará con impuestos a mutuales y seguros de salud.
Pero la inestabilidad política es tal que el líder socialista, Olivier Faure, amenazó con quitar su apoyo a Lecornu y dejar caer a su gobierno con una moción de censura si el primer ministro excluye del presupuesto un impuesto a los multimillonarios. "Si no hay cambios para el lunes, todo habrá terminado", amenazó.
Lecornu, el quinto

Antes de Lecornu, el debilitado macronismo había soportado la caída por una moción de confianza (364 votos contra 164) de otro primer ministro, François Bayrou, quien concluyó en septiembre una gestión de menos de nueves meses.
A su vez, Bayrou había llegado a Le Matignon por la caída de Michel Barnier, víctima en su caso de la primera moción de censura desde la del conservador George Pompidou en 1962.
Barnier encabezó el gobierno más corto desde 1958, apenas tres meses. Por si fuera poco, la segunda presidencia de Macron había consumido antes los gobiernos de Élisabeth Borne (2022-2024) y de Gabriel Attal en 2024, cuando Macron disolvió la Asamblea Nacional y llamó a elecciones, en julio de 2024.
Lecornu se enfrenta a un panorama parlamentario muy hostil: 64 bancas de la derecha y 123 de la ultraderecha; 126 de la Francia Insumisa y sus aliados, y 66 de los socialistas (que integraron el Nuevo Frente Popular en 20204 pero facilitaron el nuevo gobierno); y 184 de las fuerzas de centro que responden a Macron.
La V República fue concebida en 1958 para garantizar mayorías estables y gobiernos sólidos en un sistema bipartidista: hoy es tripartidista desde suruptura en 2017, con el ascenso de la ultraderecha, que hoy sigue al frente en los sondeos con un discurso xenófobo, anti europeísta y proteccionista en lo económico.
Como explica el Real Instituto Elcano, la Asamblea Nacional produce Ejecutivos efímeros y frágiles, susceptibles de ser derribados por la confluencia de dos de esos polos. Y la Constitución no ofrece mecanismos efectivos para resolver este bloqueo más allá de la disolución parlamentaria.

Por su parte, la popularidad de Macron se hunde, con un 14% de apoyo según las últimas encuestas, la marca más baja de la historia y solo superado por el socialista François Hollande en pleno escándalo por una relación extramatrimonial con una actriz, en 2014.
El liderazgo europeo e internacional que ensaya frente a la guerra de Ucrania (Francia es potencia nuclear y parte de la OTAN) no cambió esa imagen, que puede empeorar a nivel interno si avanza el acuerdo de la UE con el MERCOSUR, tan resistido por sus propios agricultores, al igual que los de Polonia..
Más de la mitad de los franceses (entre el 60% y el 70% según las encuestas) quiere que Macron renuncie como presidente, un paso político que tiene sólo un precedente, el del general De Gaulle en 1969, después de perder un referéndum sobre la descentralización del país que daba por ganado.
En 2022, Macron fue elegido “porque había un frente republicano contra Marine Le Pen, porque hoy se vota contra y no a favor. Pero tiene una base muy reducida”, apunta Antoine Bristelle, del Observatorio de Opinión de la Fundación Jean-Jaurès.
Su propio exprimer ministro Édouard Philippe, también centrista y aspirante a la presidencia en 2027, pidió que Macron renuncie y adelante los comicios.
Las dos Francias

La deuda pública de Francia alcanza el 116% del PIB y el riesgo país está en lo más alto de la lista de 27 países de la UE. El PIB francés crece a un ritmo de apenas 1%, tres veces menos que el de España, por ejemplo, y con un déficit fiscal 6%.
Según la derecha liberal, Macrón fortaleció exageradamente el sector público, hasta representar el 57% del PIB en 2024. Cuando Macron asumió la primera presidencia, la relación deuda-PIB de Francia estaba 11 puntos porcentuales por encima del promedio de la Eurozona; para 2024, esa brecha había aumentado a 25 puntos.
El Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE establece un déficit del 3% y una referencia de deuda del 60%. Desde 2002, Francia ha incumplido los límites todos los años, y el límite de déficit todos los años excepto dos. El déficit de Francia ha superado el promedio de la Eurozona cada año desde 2002. Su deuda pública ha crecido más rápido que la de sus pares desde 1995.
Mientras tanto, el 40% de la población francesa vive con menos de 1.700 euros al mes y 9,8 millones (total 68,5 millones) lo hacen por debajo del umbral de pobreza de ingresos, que es 60% del ingreso mensual medio (1.288 euros/persona). Unos 650.000 franceses cayeron en la pobreza entre 2023 y 2024.
Otro asunto que reporta la prensa europea como indicador de la crisis francesa es la desigualdad que, tras un aumento del precio de las naftas en 2018, alimentó la protesta de los “chalecos amarillos”. Así, el 20% más rico tuvo ingresos 4,5 veces superiores al 20% más pobre, una brecha histórica en los últimos 30 años.
“La igualdad, uno de los grandes pilares de la República, se ha ido diluyendo en un magma de conflictos sociales. El tema se puso sobre la mesa ya en los 90, e incluso Jacques Chirac se presentó y ganó las presidenciales de 1995 con la idea de combatir la fractura social como tema central de su campaña”, escribió El País.
Esa división entre dos o más Francias, sobre todo, económica, pero también geográfica y cultural, crece y sin posibilidad de real ascenso social.
“El clima de desconfianza es enorme. Empezó antes de Macron, pero un 80% de franceses observa ahora consternado el espectáculo de la política. La desigualdad crece. Y quizá menos que en otros países europeos, porque tenemos un sistema de protección social muy fuerte. Pero una parte de los franceses cree que ya no somos una gran potencia”, resume el politólogo Marc Lazar.
Es lo que mantiene el atractivo -para la izquierda y la derecha- de la tasa que propone el economista franco-estadounidense Gabriel Zucman, un impuesto aula del 2% sobre patrimonios de más de 100 millones de euros y que alcanzaría a sólo 2 mil hogares, para generar hasta 20 mil millones anuales al fisco.




