CHILE VOTA UN NUEVO ORDEN
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La transición que abrió el estallido social de 2019 en Chile y llevó a Gabriel Boric al poder puede cerrarse en la primera vuelta de las presidenciales del 16 de noviembre y dar paso a un ballotage que reordene la ecuación izquierda-derecha en el país.
Unos 15,8 millones de chilenos elegirán el 16 de noviembre a dos candidatos de entre ocho que pasen a la segunda vuelta de las presidenciales de las que surgirá el sucesor de Gabriel Boric, con una opción principal de izquierda y varias de derecha.
Con voto obligatorio según las últimas reformas políticas, los chilenos también elegirán los 155 escaños de la Cámara de Diputados y Diputadas, y renovarán la mitad de la cámara alta, 23 de los 50 senadores.
Si ningún candidato saca la mitad más uno de los votos, los dos primeros dirimirán la presidencia el 14 de diciembre, una opción para la que hay cuatro favoritos, en el siguiente orden: la oficialista Jeannette Jara (PC), los derechistas José Antonio Kast (Partido Republicano) y Evelyn Matthei (Unión Demócrata Independiente) y el ultraderechista Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario).
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Detrás los sondeos ubican a los independientes Franco Parisi (Partido de la Gente), Harold Mayne-Nicholls, Marco Enríquez Ominami y Eduardo Artés, cuyo electorado será determinante en un ballotage. Cinco de los ocho candidatos ya lo fueron antes.
La agenda pública en Chile está dominada hoy por problemas como un alto nivel de inseguridad ciudadana, un débil crecimiento económico con desempleo en alza, la gestión de la inmigración, de origen regional y las insuficiencias en la salud y la educación públicas, con más impacto en sectores más pobres (22,3%).
Las regiones con más votantes son la Metropolitana (38,5%), Valparaíso (10,7%) y Biobío (8,8%). Del total de candidaturas al Congreso, una de cada cuatro es independiente; 44% son mujeres, 56% hombres; el 52,3% se ubica entre 30 y 49 años, y el 40,1% entre 50 y 69 años (de 20 a 29 el 3,7%; +70 el 3,9%).
En los últimos dos años, Boric no pasó del 30 % de aprobación popular, con 60 % de rechazo por su gestión con el gobierno de coalición de centroizquierda que forman el Frente Amplio, el Comunista, el Socialista y el Demócrata Cristiano.
En las mismas encuestas, hace dos meses Kaiser conseguía promedio 8,2% pero el 1 de noviembre casi duplicó su respaldo, hasta 15,6%, mientras, Kast bajó de 25,7% a 19,9%, según el Radar electoral. Jara reúne 28,5% y estaría asegurando su pase al ballotage, donde a la derecha le será más façil reunir el 50% más uno.
Kast y Matthei se impondría en un ballotage a Jara, quien ganó su candidatura por toda la izquierda desde el Partido Comunista, sobre los partidos de la antigua Concertación creada por los presidentes Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos, sobre el Frente Amplio de Boric (2022).
Un plebiscito rechazó en 2023 (55% en contra) la propuesta de nueva Constitución elaborada por un Consejo Constitucional, de mayoría conservadora, en el segundo intento tras el fracaso del proyecto izquierdista 2022, lo cual dejó vigente el texto con reformas heredado del régimen de Augusto Pinochet (1973-1991).
En 2024, el Congreso varias reformas constitucionales al sistema político y electoral, que modificó la conformación de las cámaras e introdujo el voto obligatorio.
Extremistas y moderados

“La votación del 16 de noviembre funcionará en los hechos como una primaria de la derecha”, explica el reconocido periodista Patricio Fernández. Jara tiene pasará a segunda vuelta por la creciente disgregación de votos conservadores, entre quienes las dos opciones más extremas sumarían más del doble que la moderada.
Matthei, hija del ex brigadier Fernando Matthei, miembro de la junta militar de Pinochet entre 1978 y 1991, evitó en su condición de tercera favorita anticipar su apoyo en segunda vuelta a Kast pero ahora asoma el fantasma de Kaiser.
Pese a la veda de encuestas, los últimos sondeos muestra un ascenso de Kaiser amenazando el pase a segunda vuelta de Kast, quien perdió con Boric en 2022, tras ganar en primera vuelta, y promete un gobierno de emergencia y un ajuste fiscal de 6 mil millones de dólares en sólo un año y medio, al ritmo de “motosierra”.
Por ejemplo, el gasto público en salud -un asunto muy valorado por los votantes- ha aumentado más del 80% en términos reales, pero los indicadores de satisfacción o percepción de la calidad permanecen prácticamente estables. La productividad del sector ha caído cerca de 4% por año. “Esto significa que una parte importante de los mayores recursos aportados por el Estado se pierde antes de transformarse en mejor atención o mayor resolutividad”, dice un experto en salud pública.
Matthei apuesta al voto moderado, repudia el extremismo que atribuye a Kast y a Jara, y exhibe el acompañamiento de dirigentes con experiencia en los gobiernos del derechista Sebastián Piñera, una condición que su rival derechista le reprocha considerando el agitado final de aquella gestión, tras las protestas sociales de 2019.
"Yo no apoyo a nadie, porque soy yo la voy a pasar a la segunda vuelta. Estoy convencida porque lo que necesita Chile es dejar de ir de un extremo a otro", dijo.
En política exterior, y en línea con el argentino Javier Milei, Matthei cerró la puerta a relaciones con los BRICS: “Con el BRICS ningún tipo de relación y con Estados Unidos todas las relaciones que sean necesarias, que le convengan a Chile”.
Jara, del Partido Comunista, prefiere a su vez mostrarse como la candidata de todo un espacio de centroizquierda, de perfil socialdemócrata más que de izquierda (pone como modelo al exbanquero hoy primer ministro canadiense Mark Carney), al punto que prometió a los empresarios que no expropiará y asumió que en Cuba hay presos políticos, si bien rige para ella “una democracia, pero diferente” a la de Chile.
En los gobiernos de la Concertación, recuerda Fernández, el PC de Jara fue una fuerza ajena .“Recién en 2014 Bachelet lo incorporó a su gobierno como vagón de cola y si Boric consiguió imponerse como candidato fue porque muchos lo votaron en una primaria que ni siquiera consideraban propia para evitar que el comunista Daniel Jadue llegara a la boleta”.

La candidata oficialista replica sobre el ajuste prometido por Kast que equivale casi a la subvención escolar más la alimentación que beneficia a 1.8 millones de niños. “Son magnitudes que realmente nla vida de la gente", advirtió la candidata. “En mi gobierno va a haber gente con experiencia y gente nueva para hacer renovación”, dijo en los debates televisados de candidatos, para despegarse de Boric.
Desde el partido de Kast, se esmeran en dejar claro a los votantes que “el adversario está al frente, es Jeannette Jara y es superar este mal gobierno”, como definió su líder, Arturo Squella.
En el último debate, Kast desmintió a Jara sobre el ajuste y su impacto social. "Se van a hacer bien las cosas porque vemos el desastre que hay, por ejemplo, en educación, debido a las malas políticas de este gobierno", dijo.
En cuanto a los migrantes, Matthei aseguró que no pretende quitar derechos a la educación y a la salud, pero da prioridad a los chilenos. "Hay que entender que si uno le quita, por ejemplo, el derecho al colegio [a un migrante], lo único que está haciendo es poner esos jóvenes en bandeja al crimen organizado y al narcotráfico", afirmó, pero tampoco prometió regularizaciones.
En cambio, Kast Kast anunció que de llegar al poder “invitará” a los migrantes irregulares a salir de Chile para que puedan entrar "por la puerta", de manera regular, y planea deportaciones con vuelos chárter como los organizados por la Administración Trump en EEUU al costo de unos 100 mil dólares cada uno.
“No venimos a administrar la mediocridad, sino a hacer un cambio radical”, dice Kast, en contraste con el discurso de moderación derechista de Matthei.

